Loraine Masterson tiene todo lo que cualquiera soñaría: un prometido de ensueño, la mayor y por supuesto el orgullo de sus padres, la cual se graduará de derecho pronto, amigos y conocidos que le admiran mucho por todo lo que hace. Lo que Loraine no sabe al momento de analizar su vida y la decisión que tomará que cambiará su vida para siempre, que aquel sería su último día en el mundo de los vivos ¿O no?
Veinte años después y buscando la manera de atraer simpatizantes para su próxima elección como presidente del colegio de Abogados, un prestigioso puesto en la barra legal de Canadá, Anthony Masterson, toma la decisión de abrirle las puertas a una jovencita de diecisiete años y servirle junto a su esposa, de padres temporales, y si la oportunidad y la simpatía en ambas partes nace, posiblemente la oportunidad de convertirse en padres adoptivos, pese a que pronto Iris cumplirá la mayoría de edad, y pronto podrá vivir sola. ¿O es Iris quien ha escogido a los Masterson?
Iris llegará a la casa en busca de las respuestas que desde pequeña ha querido responder. Junto a una psicóloga, se prepara a hacer un viaje más allá de la imaginación de una adolescente y al mismo tiempo, a descubrir los verdaderos cimientos de la vida y posiblemente de la muerte. Con lo que no cuenta o ninguno de sus nuevos allegados, es que al querer responder sus preguntas también estará cerrando el pasado inconclusos de esos a su alrededor y sanando viejas heridas que veinte años aun no han sido capaces de cicatrizar.
Ahí es cuando sus recuerdos de esta vida y de la anterior como Lori, la perturbarán al no saber quien es quien y al mismo tiempo confrontar ese pasado, con personas del presente en donde puede comprenderse porque muchos de nosotros no recordamos si pisamos este mundo una vida atrás y es que confrontar dos vidas totalmente distintas es preparar un tornado que tal vez no podamos controlar.